Debido
a que hoy es ocho de marzo me parece más que pertinente hablar del día que
celebramos: El día Internacional de la mujer. Según la ONU, la primera vez que fue celebrado fue en el año 1909 en Estados Unidos de América. Y al contrario de la
creencia común, no es un día en el que se celebre a la mujer por el mero hecho
de serlo, sino por: “(…)la participación de las mujeres en condiciones de
igualdad con los hombres en el logro del desarrollo sostenible, la paz, la
seguridad y el pleno respeto de los derechos humanos.”
Tan
solo catorce años antes de haberse declarado el primer día de la mujer, nació
el cine. En la historia del cine los nombres de directores como Méliès, Pathé,
Zecca y Porter resuenan con el título de pioneros. Dejando un poco de lado a
quien fue, la primera directora mujer de la historia: La francesa Alice Guy,
quien en realidad – confirmado hace un par de años por la Cinematheque Francaise - es la fundadora del cine
narrativo. Fue guionista, directora y productora en Francia y en Estados
Unidos; la
directora tuvo varias aportaciones al séptimo arte, sin embargo dicho tema lo
ahondaremos en otra publicación. Tras varios cortometrajes que consistían en
críticas sociales, comedias y hasta adaptaciones de obras literarias; Alice Guy
se hizo un nombre y se posicionó en la industria cinematográfica.
El
camino trazado por la realizadora, dejaba en claro que la producción
cinematográfica no era un asunto particular del género masculino. Sin embargo,
los historiadores no dieron el peso justo a la realizadora y con el pasar del
tiempo se le dio prioridad a las obras realizadas por los directores de su
propio género. Con
el pasar del tiempo, las mujeres se fueron uniendo cada vez más a la industria
cinematográfica, no obstante, la mayor parte de la presencia femenina se
encontraba en el elenco de los filmes.
En
la actualidad, la industria cinematográfica más fuerte y representativa en el
mundo es la de Estados Unidos. Por ello, haremos un análisis del
posicionamiento de la mujer en dicha industria gracias a la información y datos
investigados por la Dr. Martha Lauzen perteneciente a la San Diego State
University y a la School of Theatre, Television & Film.
En
el 2016 tan solo el 83% de las películas estadounidenses comerciales fueron
realizadas por hombres, dejando el 17% a
las mujeres. En el estudio se incluyen todas las siguientes áreas de
trabajo: Directores, guionistas, productores, productores ejecutivos,
cinefotógrafos y editores. Del 100% las mujeres que trabajaron en la industria los cargos se dividieron de la siguiente forma:
Lauzen,M. M. (2016)
The Celluloid Ceiling:
Behind-the-Scenes
Employment of Women on
the Top
100, 250, and 500
Films of 2016. San Diego,
EU.: womenintvfilm.sdsu.edu.
|
- Directora 7%
- Guionista 13%
- Productora Ejecutiva 17%
- Productora 24%
- Editora 17%
- Cinefotógrafa 5%
Aunado
a estos datos, la Escuela de Teatro, televisión y filme de San Diego comparan
los datos del año 2016 con el previo y con los años de 2006 y 1998. Como
podemos ver en la siguiente gráfica, el 2015 se puede considerar un año
favorable a las mujeres en la industria cinematográfica, lamentablemente en el
año 2016 volvió a haber un retroceso.
Pero haciéndonos de la vista gorda, pongamos atención al año con mayor
trabajo para las mujeres; el porcentaje
más alto es el de puesto de productora en el 2015, y aún así no es más que un
26%. Un poco más de un cuarto de las películas realizadas contaban con una
mujer en la cabeza del área de producción, en contraste con el 74% que contaban
con un hombre.
En
el 2016 el 2% de las producciones emplearon a 10 o más mujeres, mientras que el
76% de las producciones emplearon a 10 o más hombres. Estos datos nos llevan a otra pregunta –una
que raya en lo absurdo pero- que es prudente cuestionarnos, ¿Hay mujeres
interesadas en entrar a trabajar en el medio cinematográfico? La respuesta es
sí.
Lauzen,M. M. (2016)
The Celluloid Ceiling: Behind-the-Scenes
Employment of Women on the Top
100, 250, and 500 Films of 2016. San Diego,
EU.: womenintvfilm.sdsu.edu.
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"2016
Celluloid Ceiling" nos muestra los datos recuperados de las quinientas películas
más taquilleras en el año, y lo que demuestra es que al haber -por lo menos- una mujer
en puesto directivo, los porcentajes de mujeres trabajando en los otros rubros –que se han
mencionado previamente- es mayor que cuando el director es un hombre. En filmes
con al menos una directora en puesto el 64% de las guionistas fueron mujeres,
43% editoras, 16% cinefotógrafas y el 6% compositoras. En la gráfica contigua se muestra la diferencia de mujeres contratadas en una producción con al menos
una mujer en dirección y con una producción meramente masculina.
Aunado
a éstas cifras, podemos ver reflejado el problema de género en los premios más relevantes
de la industria: Los Oscares. A lo largo de las premiaciones de la Academia
(Ochenta y nueve para ser exactos) solamente 4 mujeres han sido
nominadas al premio de “Mejor Director”
1. Lina Wertmüller en 1977 por Seven Beautiesen
2. Jane Campion en 1994 por The Piano
3. Sofia Coppola en 2004 por Lost in Translation
4. Kathryn Bigelow en 2010 por The Hurt Locker
Bigelow ha sido la única mujer que ha ganado el
reconocimiento y dejando de lado las nominaciones a "Mejor Actriz" y "Mejor Actriz
de Reparto"; las mujeres tienen poca presencia en comparación con los hombres
que realizan el mismo trabajo. Los datos mostrados por Center of Study for
women in Television and Film, se centra en las producciones procedentes de
Hollywood, y lo cierto es que el medio cinematográfico parece pugnar por
mantenerse como un medio meramente masculino.
Para
terminar con éste escrito quiero citar a Jane Campion, una de las directoras
nominadas a los premios de la Academia:
“Me fascinaría ver a más mujeres directoras, porque representan a la mitad de la población y dan la vida al mundo entero. Sin ellas escribiendo o dirigiendo, no podemos conocer la historia completa.”
El
cine es una ventana para todas las cosmovisiones que hay en el mundo, es la
posibilidad de documentar, de recordar, de crear y por ende, de expresar. Es
necesario –me atreveré a decir- impulsar una igualdad en la posibilidad de
trabajo en la industria cinematográfica. Ya que el cine, hace que la voz de sus
realizadores sea escuchada, y como mujer, sé que nuestro género tiene mil y un
discursos que compartir.
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