La
original obra de teatro escrita por August Wilson ha sido llevada a la pantalla
grande por el famoso actor Denzel Washington. Quien apasionado por la historia que
ha interpretado en Broadway, se decidió a producir, dirigir y estelarizar su
adaptación al cine. La puesta en escena ganó el Pulitzer y los premios Tony a mejor actor, actriz
(Washington y Davis respectivamente) y a mejor reposición de una obra. Dicho
éxito logró convencer al histrión de que Fences
debía de estar al alcance de todos, de éste modo –y no sin un poco de lucha-
obtuvo el presupuesto de 24 millones de dólares para la producción de la
película homónima.
Troy Maxson es un ex jugador de beisbol de la Negro League,
trabaja como recogedor de basura en el Pittsburg de los años 50, con un deseo
de crecimiento que el mismo contexto social no se lo permite. Teniendo como único fin mantener a su
familia, la vida de Troy se ve interrumpida por los sueños deportistas de su
hijo Cory y por la llegada de una hija ilegítima; sucesos que pondrán a prueba
su temple y honor.
Lo que empieza como una historia aparentemente sencilla
acaba hablando de temas tan terriblemente complejos como la muerte, la felicidad,
el amor y la lealtad.
Todos y cada uno de éstos son abordados desde la
perspectiva más café posible. Y cuando hago mención del café no sólo me refiero
a la paleta de color de la película, sino que el gran mérito del guión
cinematográfico -y por ende del fallecido maestro Wilson- es que ningún
personaje puede ser considerado completamente blanco o negro. La complejidad
con la que son presentados es tan realista, que es imposible juzgar su actuar,
y por ende inasequible lograr una clasificación de los personajes. Con el pasar
de los minutos en pantalla tu opinión sobre Troy, su esposa, y sus hijos mutará
de forma inevitable. Viola Davis logra transmitir una cantidad infinita de
emociones con una naturalidad que resulta abrumadora, mientras Washington logra
articular un hombre con mil fantasmas y una amiga mortal.
Sin embargo, toda esta hermosa profundidad no logra ser
explotada en la técnica audiovisual –Entiéndase todos los aspectos técnicos:
Fotografía, sonido, edición, etc.- Ya que, a pesar de su buena realización, no
hay una propuesta mayor, mas que el uso de una paleta de color monocromática
que refleja el inevitable estancamiento de los personajes en ésta lucha contratiempo con la muerte.
En conclusión, Fences
es una historia valiosa con personajes complejos e interesantes, que nos logran
cautivar y repeler con su cruel humanidad. Y a la vez, la prueba
fehaciente de que la mejor adaptación no es la que resulta idéntica a su obra
primigenia.
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